Objetividad

“Who Is the Final Authority in Ethics?”
The Objectivist Newsletter, Feb. 1965, 7.


Introduction to Objectivist Epistemology, 110, 76


“Philosophical Detection,”
Philosophy: Who Needs It, 16.






GLOSARIO
La objetividad es tanto un concepto metafísico como epistemológico. Se refiere a la relación de la consciencia y la existencia. Metafísicamente, es el reconocimiento del hecho de que la realidad existe independiente de la consciencia de quien percibe. Epistemológicamente, es el reconocimiento del hecho de que la consciencia del perceptor (del hombre) tiene que adquirir conocimiento de la realidad a través de ciertos medios (la razón), de acuerdo con ciertas reglas (la lógica). Esto significa que aunque la realidad es inmutable y que, en cualquier contexto dado, sólo una respuesta es verdadera, la verdad no está disponible automáticamente para la consciencia humana y sólo puede obtenerse mediante un cierto proceso mental que se requiere de cada hombre que busca el conocimiento – que no hay sustituto para este proceso, ni cómo eludir la responsabilidad de hacerlo, ni atajos, ni revelaciones especiales para observadores privilegiados – y que no puede haber tal cosa como una “autoridad máxima" en cuestiones relativas al conocimiento humano. Metafísicamente, la única autoridad es la realidad; epistemológicamente – la mente de cada uno. La primera es el árbitro final de la segunda.
El concepto de objetividad contiene la razón de por qué la pregunta "¿Quién decide lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto?" es inapropiada. Nadie "decide". La naturaleza no decide – simplemente, es; el hombre no decide, en cuestiones de conocimiento, él simplemente observa lo que es. Cuando se trata de aplicar su conocimiento, el hombre decide lo que quiere hacer, de acuerdo a lo que ha aprendido, recordando que el principio básico de la acción racional en todos los aspectos de la existencia humana, es: "La naturaleza, para ser comandada, ha de ser obedecida”. Esto significa que el hombre no crea la realidad, y que puede alcanzar sus valores sólo tomando decisiones en consonancia con los hechos de la realidad.

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La objetividad comienza con la comprensión de que el hombre (incluidos cada uno de sus atributos y facultades, incluida su consciencia) es una entidad de una naturaleza específica que debe actuar en consecuencia; que no hay escape de la ley de identidad, ni en el universo con el que trata ni en el funcionamiento de su propia consciencia, y que si él pretende adquirir conocimiento del primero, tiene que descubrir la manera correcta de utilizar la segunda; que no cabe lo arbitrario en ninguna actividad del hombre, y menos aún en su método de conocimiento – y que así como él ha aprendido a guiarse por criterios objetivos para fabricar sus herramientas físicas, así también tiene que guiarse por criterios objetivos para formar sus herramientas de conocimiento: sus conceptos.

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Los conceptos axiomáticos son los que identifican la pre-condición del conocimiento: la distinción entre existencia y consciencia, entre realidad y la consciencia de la realidad, entre el objeto y el sujeto de la cognición. Los conceptos axiomáticos son la base de la objetividad.

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La mayoría de las personas. . . creen que el pensamiento abstracto debe ser "impersonal" – es decir, que las ideas no deben tener ningún significado, valor o importancia personal para el pensador. Esta noción se basa en la premisa de que un interés personal es un agente de distorsión. Sin embargo, "personal" no significa "no objetivo"; depende del tipo de persona que seas. Si tu forma de pensar está determinada por tus emociones, entonces no serás capaz de juzgar nada, ni personalmente ni impersonalmente. Pero si eres el tipo de persona que sabe que la realidad no es tu enemigo, que la verdad y el conocimiento tienen una importancia vital, personal, y egoísta para ti y para tu propia vida – entonces, cuanto más apasionado el pensamiento personal, más claro y verdadero será.

Ver también:

Misticismo; Mente Abierta; Primacía de la Existencia; Subjetivismo