La Filosofía de Objetivismo: Un breve resumen  
La ética objetivista empieza planteándose una cuestión fundamental: ¿por qué es necesaria la ética?

La respuesta está en la naturaleza del hombre como organismo vivo. Un organismo vivo tiene que actuar enfrentando una constante alternativa: vida o muerte. La vida es condicional; puede sustentarse sólo por un curso específico de acción realizado por el organismo vivo, por ejemplo las acciones de obtener alimento.En este punto, plantas y animales no tienen opción: dentro de los límites de sus poderes, ellos efectúan automáticamente las acciones que sus vidas requieren.
El hombre no tiene esa opción.

Él no sabe de forma automática qué acciones lo sustentarán; si ha de sobrevivir tiene que descubrir, y luego practicar voluntariamente, un código de valores y virtudes, el código específico que requiere la vida humana. El objetivo de la ética es definir tal código.

Objetivismo es la primera filosofía que identificó la relación entre la vida y los valores morales. "La ética", escribe Ayn Rand, "es una necesidad objetiva, metafísica, para la supervivencia del hombre – no por la gracia de lo sobrenatural o de tus vecinos o de tus caprichos, sino por la gracia de la realidad y de la naturaleza de la vida".

El criterio de la ética, requerido por la naturaleza de la realidad y la naturaleza del hombre, es la Vida del Hombre. "Todo lo que es apropiado para la vida de un ser racional es lo bueno; todo lo que la destruye es lo malo"
.

"La mente del hombre", dice John Galt, el protagonista de Atlas Shrugged,

"
es su herramienta básica de supervivencia. La vida se le da, la supervivencia no. Su cuerpo se le da, el sustento de éste no. Su mente se le da, el contenido de ésta no. Para permanecer vivo ha de actuar, y antes de poder actuar tiene que conocer la naturaleza y el propósito de su acción. No puede obtener su alimento sin un conocimiento de lo que es alimento y de la manera de obtenerlo. No puede cavar una zanja – o construir un ciclotrón – sin un conocimiento de su objetivo y de los medios de conseguirlo. Para permanecer vivo, tiene que pensar".

Pensar no es un proceso automático. Un hombre puede decidir pensar o dejar que su mente se quede a la deriva; o puede decidir activamente volverse contra su inteligencia, evadir su conocimiento, sabotear su razón. Si se niega a pensar, está cortejando desastre: no puede impunemente rechazar sus medios de percibir la realidad.

Pensar es un proceso difícil y delicado, que el hombre no puede realizar a menos que el conocimiento sea su objetivo, la lógica sea su método, y el juicio de su mente sea lo único que le guía. Pensar requiere egoísmo, el egoísmo básico de una facultad racional que no deja que haya nada por encima de la integridad de su propia función.

Un hombre no puede pensar si pone algo – cualquier cosa – por encima de su percepción de la realidad. Él no puede encarar la evidencia de forma confiable o mantener sus conclusiones de forma intransigente, mientras considera que adaptarse a otros hombres es su imperativo moral, humildad es su mayor virtud, y sacrificio su principal deber. Él no puede usar su cerebro mientras rinde la soberanía sobre su mente; es decir, mientras acepta que sus vecinos son sus amos y quienes dictan las condiciones.

Los hombres aprenden unos de otros, construyen sobre el trabajo de sus predecesores, consiguen cooperando entre ellos hazañas que serían imposibles en una isla desierta. Pero todos esos tipos de relaciones sociales requieren el ejercicio de la facultad humana del conocimiento; dependen del individuo solitario, "solitario" en el sentido básico, interno, de la palabra, el sentido de un hombre enfrentándose a la realidad abierta y directamente, buscando no crucificarse a sí mismo en la cruz de los otros ni aceptar la palabra de otros como un acto de fe, sino buscando entender, hacer conexiones, saber.

La mente del hombre requiere egoísmo, y también lo requiere cualquier otro aspecto de su vida: un organismo vivo tiene que ser el beneficiario de sus propias acciones.Tiene que perseguir objetos específicos – para sí mismo, para su propio provecho y supervivencia. La vida requiere el ganar valores, no su pérdida; logros, no renuncia; auto-preservación, no auto-sacrificio. El hombre puede elegir el valorar y perseguir su auto-inmolación, pero no puede sobrevivir ni prosperar con tal método.

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