El oponerse a este tipo de aborto no es un ejemplo de altruismo. Es casi como una anormalidad dentro de otra anormalidad. Es el abismo psicológico del que procede el altruismo, pero no es altruismo en su forma pura.

El altruismo es la opinión que el hombre debe vivir para otros. No implica, como tal, el que sacrifiquemos a todo el mundo a lo subnormal. (De hecho, muchos altruistas abogarían por la destrucción de estos niños porque no son útiles para la sociedad). Por ejemplo, los comunistas son altruistas. Ellos quieren esclavizar y sacrificar a todo el mundo porque piensan (o pretenden pensar) que esto les beneficiará a todos en el futuro. Es sólo un sacrificio temporal. Existe por lo menos la supuesta noción (y tal vez, entre los jóvenes, aceptada), que estos sacrificios son para el bien de todos, así que tienen presente una premisa muy equivocada y muy malvada, sobre lo que es bueno.

Pero al oponerse a estos abortos, no hay ninguna pretensión sobre el bien de nadie. El motivo de un abogado de este punto de vista no es algún beneficio social. Lo que distingue a esta forma de altruismo es precisamente la visión de que el sacrificio como tal es el valor - el sacrificio por el sacrificio, no para el bien de nadie. Por supuesto, este es el resultado implícito del altruismo, pero no es la teoría explícita; y no todo el mundo que predica el altruismo o lo profesa parcialmente lo aceptaría. Por lo tanto, decir que es una variante del altruismo es darle demasiado prestigio. Es algo moralmente mucho más bajo.

Cualquiera que hable de los retrasados mentales sabe que un niño retardado es incapaz de cuidar de sí mismo. Sabe que los padres del niño (principalmente la madre) estará atada a ese niño de por vida. Cuando uno tiene esto en mente, el altruismo casi se convierte en un concepto limpio, en comparación. El sacrificio del mentalmente sano al mentalmente deformado es abominable - es un sacrificio sin nadie para recibirlo. Es ese sentido es una visión metafísica aún más malvada que el altruismo. Su objetivo no es el hacer que un hombre se sacrifique a otros, sino que un hombre se sacrifique ...a nada. Cuanto más inútil el sacrificio, mejor.

La opinión de que los abortos no deberían ser permitidos para evitar el nacimiento de niños retrasados mentalmente no es adorar la insensatez. Es el odio por la mente, que no es la misma cosa. Si alguien dice que los retrasados mentales deberían ser ayudados, y que por lo tanto todos los recursos de la sociedad deben ser dedicados a educarlos, eso es la adoración de la insensatez. Pero el oponerse a estos abortos implica sacrificar los derechos de los vivos a los deseos de algo que no es una cosa. Es la adoración de lo que no existe. El horror aquí es que esta opinión aboga por usar un feto deformado como un medio de esclavizar y destruir a los hombres que tienen inteligencia. Es precisamente porque aún no es una entidad consciente sino algo que no es ni humano ni animal, por lo que uno no podría decir que el que aboga por esta opinión adora a los retrasados mentales. Si lo hiciera, estará medio grado más alto en el infierno. Aunque hay una enorme maldad en los que adoran a los tontos más que a los genios, aún tienen algún grado de verosimilitud: quieren proteger al indefenso. Pero cuando alguien quiere proteger los deseos de un objeto no-nacido, entonces sabes que el motivo no es ni la adoración del embrión ni la lástima por los menos dotados. Es odio por la mente como tal.

Pero el asunto aquí va más allá de la mente. Que existe el odio por la mente es obvio. Que un abogado de esta postura buscaría políticamente esclavizar la mente es indudablemente cierto. Pero el principal motivo es el odio por el hombre y la felicidad. El odio por la mente es sólo un trampolín. Tal persona no quiere que el hombre sea feliz, y sabe que la mente es necesaria para la felicidad del hombre y sus valores.

Esto es puro odio por el hombre, para lo que el altruismo sirve como racionalización. No todo altruista es necesariamente alguien que odia al hombre. Posiblemente, en la Edad Media, entre los ignorantes, u hoy, entre los muy jóvenes, podría existir el error de que el sacrificio es para la felicidad de todos. Ciertamente, cualquiera que pensara sobre ello no mantendría esa idea durante mucho tiempo, pero en un nivel de desarrollo inferior (cuando los hombres viven en algo parecido al oscurantismo de la Edad Media), hay una cierta plausibilidad en asumir que si todos nos sacrificamos unos por los otros, nos haríamos felices los unos a los otros, porque las condiciones son tan inhumanamente desesperadas que los hombres no saben lo que hacer con ellas. Pero esto no es lo mismo que abogar el traer a la existencia a una torturada criatura sub-humana y sacrificar a los vivos para que se cuiden de ella. Esa es una cápsula de maldad pura.

Lo que es especialmente horrible sobre esa posición es que no se preocupa lo más mínimo de los padres (particularmente de la madre). En todos los casos de altruismo "normal" (o sea, no claramente patológico), cuando alguien exige el auto-sacrificio de un grupo por otro, se puede apuntar a una necesidad racional (como la de los niños indefensos). Pero un tullido mental (al contrario de un tullido físico) es un horror con el que tratar, y para una madre supone el horror constante de que es su hijo, sólo que no es humano. La crueldad de este punto de vista es que se despreocupa totalmente de los sentimientos de la madre sana. Hacer que uno viva por un niño subnormal, sin mente, a quien uno no puede encarar, significa sacrificio y trabajo penoso sin un fin. Son los propios valores personales y la posibilidad de ser feliz lo que está siendo destruido.

responde

Del curso de Ayn Rand sobre "Escribir no-ficción" (1969), editado y publicado más tarde bajo el título "El Arte de la No-Ficción"

Página 127 del libro Ayn Rand Answers